Hola amigos y miembros de NOSTALGICOS DEL BOLERO el saludo i agradecimiento por la pasiencia i el apoyo ,e querido a travez de mi blog hir dejando algunas cosas de mi vida que por razones de espacio i tambien algo de verguenza no me atreveria de contar en el grupo ,es por ello por aqui les sera mas facil conocerme un poquito mas hace mas de un año que escribo en el, por aqui cuento mis vivencias anecdotas i situacione por las que e atravezado a lo largo de mi corta vida(eso de corta ni yo mismo me lo creo) .En esta oportunidad quiero hir mostrandoles un poco de la historia de un genero que nos apasiona a casi todos por no decir a todos EL BOLERO logico quien seria yo sin la ayuda de los que si verdaderamente entienden de esto .Los invito a que nos acompañen ....EL BOLERO CUBANO Y SU EVOLUCIÓN (El bolero cubano es enteramente
nuestro.-Gonzalo Roig). Por María Argelia Vizcaíno:En el mes de julio de
1792, encontramos la primera mención que se hace en Cuba del Bolero, en el
diario Papel Periódico de La Habana; pero nos aclara Natalio Galán en "Cuba y
sus Sones" que "era muy españolizado". Observando que para 1836 éste cambia,
asemejándose a la forma que se desarrolló en la etapa republicana (1902-1958).
Si buscamos las raíces de nuestro Bolero encontramos una parte en el Bolero
español conocido por más de trescientos años, pero en Cuba sufrió una
metamorfosis para llegar al actual, y poco a poco le cambiaron el ritmo, forma y
giros melódicos. Esteban Pichardo, en 1836, vio la diferencia entre el Bolero
cubano al español porque en este último la danza transcendía a la canción, y en
nuestras Boleras (como se le llamaban entonces), el canto tenía tanta
importancia como el baile, pero en realidad en lo único que se parecen es en el
nombre. Nuestras Boleras fueron una danza popular que usaban desde 4 a 8 o más
parejas. En aquel entonces también existía La Cachucha, una variante del Bolero
español, que se popularizó en La Habana de 1840 por Fanny Elssler, y se bailaba
por una sola persona (hombre o mujer). Y el Bolero español (de 3x4) que era más
coreográfico sólo podían haber 1 ó 2 parejas. Por lo que al ser Cachucha y
Bolero español bailes exclusivos para buenos bailadores o bailarines, y las
Boleras un baile y canción popular, prevalece el nuestro, y a la hora de definir
se queda con el nombre Bolero porque como escribió Galán, tenía raíces más
profundas "teatralmente determinadas". En 1840 se observa la transición del
Bolero al compás 2x4, y en el 60 la desaparición de la seguidilla que la
purifica de sus hispanismos (pues eran las repeticiones y ayes intercalados
inevitables en el bolero español). En el 1870 le acompañará el Cinquillo que ha
sido fijado en casi todas las composiciones cubanas, al decir de Helio Orovio en
su Diccionario de la Música Cubana, "remitiéndola a la mano izquierda
acompañante del piano", y para 1890 abundan los boleristas orientales entregados
a una estilística muy propias del género. Y se ven a estos convirtiendo los
Boleros en Danzones (unión del "Contradanza" con el "Son"), pues quitándoles a
los primeros la letra lo usaban en la parte del violín del Danzón. Aunque se
reconoció al Danzón como baile y al Bolero como canción. El Bolero tampoco tiene
una paternidad reconocida pues cuando se formaba nadie tomó nota, pues era muy
atacado por los costumbristas. Entre sus más tempranos cultores tuvimos al
santiaguero Pepe Sánchez, que algunos escritores dicen fue el creador del primer
bolero titulado Tristezas en 1885. Esta idea está tan generalizada que hasta en
el Museo Cubano de Arte y Cultura de la ciudad de
Miami se celebró en 1985 los 100 años de haberse
escrito el primer bolero cubano. Este origen es muy dudoso basándonos en las
investigaciones del mejor Historiador y Musicógrafo que haya tenido nuestro
país, Natalio Galán. Tampoco otro grande, el Dr. Cristóbal Díaz Ayala lo tiene
en cuenta en su libro como creador de un género, ni la Dra. Elena Pérez Sanjurjo
así lo considera, entre otros de extraordinarios conocimientos, y es que antes
de esa fecha se hicieron boleros como el bolero-mambo San Pascual Bailón de
Manuel Saumell (1817-70) que se inscribió como congó-contradanza porque fue el
movimiento cumbre de la Contradanza, y otro caso igual pasó con la Contradanza
La Valentina de Tomás Buelta y Flores que se estrenó en el Tacón el 23 de
febrero de 1841 con toda la gracia del Bolero al 2x4. Como siempre antes de
terminar estás ideas recurro a los libros
Vida y Milagros de la Farándula en
Cuba del polifacético y enciclopédico Rosendo Rosell, para quedar
convencidos que muchos de los que han escrito sobre este tema no han buscado las
mejores fuentes, la mayoría repite sin haber investigado a fondo.
El
Bolero resurge cuando Cuba alcanza ser una república en 1902, agregándosele más
de 10 modalidades realizadas por grandes arreglistas como los boleros-rancheros
interpretados por Pedro Vargas y Lino Borges; el bolero-rock al estilo de los
"Chavales de España"; el bolero-chá que grabó Belisario López; el bolero-mambo
con el estilo inconfundible de Beny Moré, etc. Definitivamente la radio ayudó a
su popularidad surgiendo intercambios en Hispanoamérica con características locales. No
así en Norteamérica que preferían nuestra música coreográfica (Habaneras,
Rumbas) por ser más comprensibles, ya que el Bolero ha sido siempre más canción
que baile. Hacia 1945 se impuso otra variante al Bolero que a percepción de
Galán se pueden considerar "Boleros Camps" por su afectación, su exponente más
característica fue Olga Guillot, considerada La reina del bolero y para mí entre
las pioneras del estilo filin (sentimiento). Más tarde, al incluírsele otras
armonías se populariza el estilo Filin al que dedicaré estudio aparte y boleros
"electrizados" por estar ejecutados con instrumentos eléctricos de nuestros
tiempos (final del siglo XX). Para resumir: el bolero fue una forma musical que
nos enseñaron nuestros padres españoles en compás 3x4, y que con seguridad se
escucharon en La Habana desde 1792. En 1836 Pichardo anotó en su diccionario que
en Cuba había un baile popular llamado Boleras muy distinto al Bolero español.
Ya en 1840 se observa la transición al compás 2x4, para en 1860 desaparecer la
seguidilla tan hispánica y en 1870 se le impone el Cinquillo que siempre
acompañará todas las composiciones cubanas. Después de 1890, se hace cotidiano
encontrar boleristas en la provincia oriental cubana cultivándolo con
apasionamiento y hasta el sol de hoy nadie lo ha podido detener, aún en sus
nuevas modalidades ha sido bendecido por el público y desde luego, por Dios.
Entre 1950 al 60 se comienza en Cuba a experimentar con el bolero y sin crearse
una nueva forma musical, sus intérpretes dan rienda suelta a su manera de
interpretar su sentimiento, dramatizando y exagerando los gestos e inflexiones
de la voz, y a toda esta descarga en que se enfatizaba los sentidos se le llamó
Filin, que aunque es una palabra inglesa, feeling, que significa sentimiento,
con base en el Jazz, sobre todo en la forma de liberar la voz, jugando con el
tiempo y la armonía, es rítmicamente muy cubano. Para el Filin o Feeling bastaba
un poco de voz manejada con destreza y mucho sentimiento como dice el mismo
significado de su nombre en inglés. Su intérprete tenía que ser un
actor-cantante que dominara la escena, capaz de dramatizar, reflejando en cada
interpretación con sus gestos y pirotécnica vocal los sentimientos del "cantante
ejecutante". Por eso el Feeling fue más rico que el Bolero en su concepto
armónico y el público no sólo escuchaba, sino que sentían las mismas emociones
que el cantante le proyectara. Es una creación musical que no está hecha para el
cine, ni la televisión, sino para ambientes íntimos como una casa privada, un
"Nigth-club" o pequeñas "boites", donde se crea una atmósfera apropiada, y se
puede descargar a sus anchas. Algunos años antes de hacerse popular, ya Cuba
contaba con el excelente músico y cantante Ignacio Villa, mas conocido por el
seudónimo de Bola de Nieve, que se anticipó en su clase de autor-actor, lo que
lo hizo famoso en todo el mundo por cantar con estas características. Junto a su
inseparable piano, hacía un monodrama de cada interpretación, y su originalidad
lo inmortalizó. Otra especialista del Bolero que se anticipa a la popularidad
del Filin fue Olga Guillot. El musicólogo Natalio Galán en su libro Cuba y sus
Sones nos lo demuestra al decir que
... el bolero criollo - hacia 1945 - se vestía de nombres que
sugerían una nueva salida al mercado (...) Olga Guillot, no desprecia al bolero
como retorno y en versión muy "camp" dejaba oír a los tradicionales "En el
Tronco", "Lágrimas Negras" (...) manifestación regresiva de la Guillot
aderezados con la estilística cubana, en versiones que pueden considerarse
bolero "camp" por instinto. El feeling traerá otras armonías más tarde (...) El
feeling llegó a significar en Cuba algo "camp", dado que hacía énfasis en los
sentidos.
La Guillot no sólo fue de las mejores intérpretes del Bolero,
fue como hemos dicho, pionera-innovadora de su género. Antecediéndose al Feeling
está el Guapachá, un ritmo mezcla de Chachachá con Merengue, también con estilo
dramático, pero algo vulgar, pues el intérprete proyectaba una descarga de
gestos payasos e histéricos. Sus mejores exponentes: el "Guapachoso" Rolando La
Serie, Pacho Alonso, Cascarita, Puntillita, el Chori, Vitola "la que se defiende
sola", y la más grande "guapachosa" La Lupe, que comenzó en el cabaret "La Red"
a triunfar, con su sensibilidad a lo Feeling, que lo fundía con el Guapachá en
Descarga cuando cantando, gritaba, lloraba, se mordía, arañándose, halándose los
pelos, golpeando al pianista si no llevaba el ritmo, diciendo malas palabras,
quitándose los zapatos, arrojando vestimentas, y "acentuando la angularidad del
gesto erótico". Cuatro grandes primeros compositores tuvo este estilo. En 1947
Cesar Portillo de la Luz creó Contigo en la distancia; José Antonio Méndez por
su parte crea números como La gloria eres tú y Novia mía. En 1952 el maestro
Adolfo Guzmán creó Profecía, y en el 55 Frank Domínguez ganó un concurso de
Radio Progreso con Tú me acostumbraste. Pero ninguno contaba con la voz idónea
para este estilo, y el primer bolerista en lanzarse fue Miguel de Gonzalo un
joven cantante de Radio Progreso. Le siguen muy de cerca el Cuarteto D’Aida, y
cuando se separan seguirá Elena Burke, Omara Portuondo, Moraima Secada, Leonora
Rego. También desde el cabaret El Gato Tuerto (1959) las Hermanas Capelas
lograban un extraordinario dúo estereofónico, y hasta Beny Moré, Daniel Santos
(Puerto Rico) y Armando Manzanero (de México) adoptaron en ese estilo. (Solo se
les adelantaron las cupletistas Edith Piaff y Conchita Piquer y hasta el
norteamericano Ray Charles). En los años 50 la mayoría de los boleristas
estuvieron vinculados al Filin, sólo se necesitaba un guitarrista y un cantante
que jugara con la armonía, alterara el ritmo, pero eso sí, con mucho
sentimiento. Nos dice el Dr. Cristóbal Díaz-Ayala en "Del Areyto a la Nueva
Trova" que en 1961 todavía los centros nocturnos más importantes de La Habana
contaban con una buena figura, todos, boleristas al estilo Filin. En el Salón
Caribe del Havana Hilton: Elena Burke; en el Copa Room del Hotel Riviera: Berta
Dupuy; en el Capri, la Guillot y Juana Bacallao; en el Salón Parisién del
Nacional, René Cabel; en Tropicana, Nelly Castell; en la Red a la Lupe; en
Alí-Bar a Blanca Rosa Gil; en el Gato Tuerto a Moraima Secada con Meme Solís,
etc. Aún en el exilio en plena década de 1990, arribando al 2000, se conoce El
Rincón del Filin en las calles Flagler y la Avenida 69 de la ciudad de Miami, donde Luis García, toda una institución del
mismo ha logrado un monumento viviente al presentar figuras del ayer como Renee
Barrios y de hoy como Malena Burke, hija de la "Señora Sentimiento", quien
heredó todo ese caudal sonoro de una de las mejores exponentes de este estilo:
Elena Burke. (En La Habana hay también otro Rincón del Filín). Remorando una vez
más a Galán diré que "el Filin fue más perturbación psicológica en lo escénico"
y enfatizamos que para interpretar un Bolero con Filin, antes de ser cantante
hay que ser actor, y este debe tener más alma y sentimiento que voz, aunque si
todos los factores se conjugan se logra la perfección. El que no ha visto (y
fíjese bien que no digo escuchado) interpretar este estilo, no ha podido recibir
el alma que deja el ejecutante en cada interpretación. (María Argelia Vizcaíno)
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